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Villarejo de la Sierra

Villarejo es un pueblo con encanto, lleno de paz y tranquilidad, un buen destino para el descanso situado a los pies de la sierra de la Cabrera. Paseando por sus calles disfrutaremos de sus construcciones adaptadas a los recursos naturales, usos y aprovechamientos tradicionales. Sus casas, en su lucha infinita contra el paso del tiempo, mantienen sus perfilados muros de piedra al resguardo de los tejados de pizarra. La mayor parte de las edificaciones están provistas de corredores de madera y pequeñas ventanas destacando las puertas y portalones. Si nos fijamos más detenidamente en ellas nos llama la atención su cerrajería bellamente ornamentada y sus cruces pintadas en la madera destinadas a ahuyentar los malos espíritus.



Sin duda, la iglesia es uno de los elementos arquitectónicos que más llama la atención por su curiosa decoración. Se trata de un edificio de planta en forma de cruz latina de origen románico. Destaca altiva la torre del campanario con su escalera de acceso exterior que describe bajo ella una bóveda de cañón que da refugio a la entrada principal. Si ascendemos por los desgastados pasales de la escalera tendremos una mejor visión de la curiosa decoración de la espadaña. Dos arcos engalanados con motivos geométricos y florales bajo los cuales se cobijan las dos campanas, se unen en dos elementos pétreos con forma de cabeza humana y animal que vigilan de forma perpetua y desde hace siglos el entorno. Si nos fijamos más detenidamente en la torre al completo observamos que de sus muros asoman más de estas curiosas caras. Su presencia da un toque místico al lugar, ¿Cuántos secretos, vivencias e historias guardaran esas eternas miradas?

Una vez disfrutado de los encantos de la localidad, podremos explorar sus alrededores ¡Presume de una impresionante panorámica a la sierra de la Cabrera!

Hacia el este, a la vera del arroyo escondido entre el bosque de ribera, hay un viejo molino harinero y un espacio único para el descanso y el relax.

Además en su entorno existen al menos dos cuevas: la de la Mora y Valdefelas. Las gentes del pueblo dicen que en tiempos remotos las cuevas servían de refugio a los moros perseguidos en aquel entonces. Cuentan como en las cercanías de la cueva se veía ropa colgada pero que para cuando querían llegar ya había desaparecido todo [ Ver Ruta ].

Si con todo no nos es suficiente, podremos entretenernos en buscar setas dado que las tierras aledañas a Villarejo producen gran cantidad de hongos [ Ver Micoturismo ].

Algunas Fotografías:
 
Texto y Fotografías de: Sergio Cifuentes
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