6 de Junio del 2011, cifuentes
Éste retal de la historia da comienzo un 26 de noviembre de 1504 con la muerte de Isabel la Católica, Reina de Castilla. En su testamento, consciente del estado de salud mental de su hija y la poca afinidad que tenía con su yerno, dejó establecidas unas cláusulas en las que proclamaba a Juana heredera al trono y a su padre Fernando el Católico gobernador, para que pudiese regir los reinos en caso de incapacidad o ausencia de la princesa Juana.
Tras la proclamación de Juana como reina y el reconocimiento de Fernando como gobernador-administrador, surgen en Castilla dos bandos diferenciados, los partidarios de Fernando que poco a poco ira perdiendo apoyos y los afines a Felipe el Hermoso, esposo de Juana.
El conflicto que se avecinaba entre yerno y suegro no hizo más que incrementarse con los rumores de malestar entre los nobles. Se quejaban de que Fernando llevara las rentas...