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Creencias populares falsas

No demuestra nada el hecho de que una seta haya sido comida por otros seres vivos sin consecuencias negativas, pues su metabolismo es muy diferente al del ser humano y por tanto sus consecuencias no son comparables. Además, la intoxicación puede tardar en manifestarse más de 24 horas en algunos casos.

Es falso que las setas de colores llamativos sean todas tóxicas. Efectivamente, muchas especies de bellos colores son tóxicas pero hay otras que no lo son. P. eje, Amanita Muscaria es alucinógena y Lepista Nuda, de un intenso color lila, es comestible. También existen creencias referidas al color de las láminas, todas ellas falsas.

No es cierto que las setas que cambian de color al cortarlas sean tóxicas. Sin ir más lejos, en el grupo de los boletus el B. Erytropus cambia a un azul intenso al corte y es un buen comestible.

Es falso que sólo sean tóxicas las setas que tienen anillo y volva.

No es cierto que una seta sea comestible si su sabor y olor son agradables. Algunas de las setas de mayor toxicidad, como Amanita phalloides, huelen y saben muy bien.

Es falso que una seta comestible se vuelva tóxica si ha tenido contacto con ciertos animales.

No solo las setas tóxicas ennegrecen objetos de plata y ajos al ser añadidos al guiso. Entre otras la Amanita Phalloides (mortal) no ennegrece mientras que la C. Cibarius lo hace y es una excelente comestible.

Es totalmente falso que macerar en vinagre, en aceite, poner en salumera o desecar hace que las setas pierdan su tóxicidad. Ninguno de estos remedios hacen que las setas se vuelvan comestibles.